"Según el último censo, la población de Nueva York es
de ocho millones cuarenta y tres mil setecientos habitantes. Tendidos
en el suelo uno tras otro, y calculando una media de estatura de uno
setenta,por persona, la cadena llegaría desde Times Square hasta
Karachi, en el Pakistán. Conozco estos datos porque trabajo en una
compañía de seguros,la Consolidated Light de Nueva York. Nuestra
compañía es una de las cinco primeras del país. La sede central cuenta
con treinta y un mil doscientos cincuenta y nueve empleados, cifra que
sobrepasa la población de Natched, Mississipi. Yo trabajo en el piso
diecinueve, en el departamento de pólizas, sección de contabilidad de
primas, mesa ochocientos sesenta y uno. Me llamo C. C. Buxter. La
primera "C" significa "Calvin", la segunda, "Clifford", pero todo el
mundo me llama Buddy. Estoy en la compañía desde hace tres años, y
cobro noventa y cuatro dólares con setenta centavos por semana. El
horario de nuestro departamento es de nueve menos diez de la mañana a
cinco y veinte de la tarde.
En cada piso rige un horario diferente para que los
dieciseis ascensores puedan trasladar a los treinta y un mil doscientos
cincuenta y nueve empleados sin embotellamientos. Por lo que a mi respecta, a menudo me quedo en la oficina a trabajar una o dos horas extraordinarias, sobretodo cuando hace mal tiempo. No es que yo sea un hombre ambicioso, es sólo una manera de pasar el rato hasta que llegue el momento oportuno de volver a mi casa. Porque, el hecho, es que tengo un pequeño problema con mi apartamento.
Yo vivo en el Barrio Oeste, a cuatro pasos de Central Park, y hasta el
mes de julio pagaba ochenta dólares mensuales de alquiler. Desde entonces pago ochenta y cinco, porque mi casera, la señora Liberman, compró un aparato de aire acondicionado de segunda mano. Es un bonito apartamento, no muy lujoso, pero sí acogedor. Para un soltero está muy bien. El único problema es que no puedo entrar en él siempre que quiero".
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Comienzo de El apartamento (Billy Willder).